IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA MARIA MAGDALENA

 

Se desconoce el origen exacto de la construcción de la iglesia parroquial de Santa María Madalena, pero se adscribe al estilo gótico-renacentista, de mediados del s. XVI, por su cabecera prismática, los contrafuertes de los muros, los detalles decorativos del interior y por estar cubierta por bóveda estrellada.

De una sola nave y con el crucero poco resaltado, conserva una original capilla gótica con bóveda de crucería entre el presbiterio y el crucero en el lado del evangelio, que corresponde al origen constructivo del templo. La nave principal se cubre con bóveda estrellada que probablemente sustituye a la original de crucería, como se advierte en la sobreelevación de los muros exteriores.  Inicialmente la puerta de acceso se situaría a los pies de la iglesia pero se suprimió al levantar la torre en el muro occidental y se abrió una nueva, bajo pórtico, en el lado sur, por la que actualmente se accede al templo. Desde el interior todavía se distingue la traza de un gran óculo que estaría situado sobre la entrada de los pies. Poco posterior a la torre es la actual sacristía, adosada al lado sur de la iglesia.

El retablo mayor es de trazas romanistas, de la mitad del s. XVII, en que intervinieron dos pintores: uno hizo los lienzos principales, de S. Pedro y S. Pablo, en colores fríos y ácidos y otro las pinturas menores, de maneras más italianizantes. Los retablos del crucero son plenamente barrocos, destacando dos buenas pinturas de Santa Bárbara y San Isidro. El retablo de S. José con el Niño Jesús contiene una talla de ambos trabajada con excepcional dinamismo y colorido. El Cristo del Consuelo es otro singular ejemplo de dramatismo barroco, muy del gusto de la religiosa piedad rural. 


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